28 feb 2015

Y tú, ¿qué quieres?

Releía mi último post antes de ponerme a escribir, y también recuerdo como en nuestro encuentro navideño preguntaba a mi gente por su resumen del 2014. Sin poder ni querer juzgar los resúmenes de nadie, me pareció muy interesante ver como cada uno analizamos el año que se va de forma muy diferente, ¿qué es lo que hace a un año ser bueno o malo? me pregunto. ¿Estaré haciendo mi balance de forma equivocada? ¿Tienes objetivos? ¿Son los objetivos los adecuados / alcanzables? ¿Puede ser que los mismos hechos para alguien resulten en un balance positivo y para otra persona negativo?

No sé si mi forma de entender la vida tiene poco encanto, pero yo intento tener un plan para casi todo. Eso no quiere ni mucho menos decir que lo cumpla, perdería el encanto de salirse por rutas que desconocía, pero me parece importante tener una ruta marcada. Y no, tampoco he sido yo siempre el autor de mis planes, sino preguntarle a Yesi cuantos plannings me hizo y rehizo en la carrera (Yesi, siempre te estaré agradecido). Hablo mucho con Bea sobre la importancia de tener un plan. El caso es que es en base al plan, la visión general, lo que intento tener en cuenta para hacer un análisis, aunque en ocasiones, los pequeños detalles son los que determinarán el éxito o el fracaso.

Inspirado, definiendo objetivos
No sé vosotros, pero cada año me planteo los mismos propósitos de año nuevo: aprender a cocinar en condiciones, perder peso, ponerme fuerte, etc. Es básicamente lo que hacen los partidos políticos con su programa electoral: prometen cosas que luego no cumplen. Ninguna de esas cosas luego entran en cuenta a la hora de hacer mi análisis personal anual, como en la política. ¿Por qué? Por resumir, digamos que puede deberse principalmente a dos razones:

- Porque igual no son objetivos que me interesen tanto como para formar parte de mi análisis anual, lo cual indica que me he equivocado al elegir los propósitos de año nuevo.

- Porque nunca cumplo esos objetivos, sea por el motivo que sea, lo cual indica que o los objetivos no eran realistas o que no quiero admitir mis fracasos y por tanto me equivoco haciendo el análisis.

Una de las cosas más importantes a las que me tengo que enfrentar en el trabajo son las expectativas de los clientes. Antes de lanzar cualquier campaña tengo que entender exactamente qué resultados buscan, necesitan o quieren obtener para estar satisfechos. Intento no lanzar nunca una campaña sin antes tener una respuesta a esa pregunta, de lo contrario, sé que no estaré en una buena posición en el futuro para presentar los resultados y debatir si son buenos o malos. Al fin y al cabo, ellos entienden su negocio mejor que yo y deberían saber lo que necesitan para estar contentos. Con números en la mano, el análisis debería ser muy fácil. También están esos clientes que, pese a haber superado el objetivo marcado inicialmente, siguen sin estar satisfechos… gente insaciable que va modificando los objetivos a lo largo del año porque siempre quieren más. Aunque tengas los datos en la mano, presentar los resultados nunca es fácil, debes tener en cuenta muchos factores internos (tu web, tus productos, tus precios, tus datos históricos…) así como factores externos (competencia, estacionalidad, situación económica…). Es el conjunto de todos los factores los que deben ayudar a determinar si los resultados son positivos o negativos. 

Pues bien, soy de la opinión de que en la vida deberíamos hacer algo parecido para determinar si un año ha sido bueno o malo. Y no, no soy un flipado que hace una tabla en excel para analizar como fue el 2014, pero seguro que pillas la idea de lo que quiero transmitir. Todos tenemos situaciones diferentes, de la misma manera que todos tenemos objetivos diferentes. El ser humano tiende mucho a juzgar a los demás sin llegar a conocer cuales son realmente las situaciones de cada uno de nosotros, hay que recordar también que las situaciones reales no son siempre las situaciones que uno quiere vender, que el aparentar es algo que gusta mucho y puede que alguien que dice en encontrarse en una buena situación, igual no lo está tanto, por ello no seré yo quien juzgue a nadie.

Digo todo esto porque desde la distancia, pierdo muchos de los detalles de vuestras vidas, momentos y planes. Me pierdo vuestros objetivos. Os veo las mismas veces al año que a los directores generales de los clientes que llevo para analizar los resultados, momento en el que hay que decir si los resultados han sido buenos o malos. Reconozco que en algún caso me ha sorprendido ver resultados negativos, lo cual me deja con esa sensación de no saber realmente lo que os va pasando o preguntarme cómo estoy haciendo ahora, la forma que tenemos cada uno de hacer nuestros propios análisis. Digo esto porque también me ha pasado que gente que me ha reconocido no haber tenido un buen año, tras alguna que otra charla, me ha  venido después para decirme que su año fue mejor de lo que en principio consideró. No sé si sonará egoísta o bonito, imagino que depende de si me veo como director de empresa o como amigo, pero me llenó de alegría saber que su balance era positivo en vez de negativo.

Momentos únicos con amigos
Momentos únicos en familia
Pues bien, tras este pequeño pero intenso análisis, voy a proponer un juego. Voy a dejar aquí escrito mis objetivos para 2015 (algo diferentes a lo que entiendo por propósito de año nuevo), así tendremos todos más o menos la misma información para cuando comunique mi balance a finales de año. Vosotros podéis hacer lo mismo comentando en el blog (en vez de en Facebook en esta ocasión), para así guardar toda la información en el mismo sitio. Cuando baje, nos podemos tomar una cerveza y contarnos como nos fue este año, sabiendo realmente lo que buscábamos de él. Lo bueno es que cada uno somos directores de nuestra propia vida así que sabemos que es lo que queremos y podemos hacer lo necesario para conseguirlo, todo un lujo.

Algo nuevo de 2015: Alquiler furgoneta en Londres

Objetivos 2015:

- Ser un poco menos rata, tratar de disfrutar de ciertos momentos sin pensar en la cuenta de ahorros para la casa.
- Seguir estando cerca de vosotros (familia y amigos) pese a la distancia.
- Seguir estando cerca de Bea. Ayudarla en este paso tan importante que supone cambiar de carrera profesional.
- Viajar: lo único en lo que puedes gastar y hacerte más rico
- Disfrutar más del día a día sin pensar tanto en el mañana (Bea me ha obligado a poner esta)

Objetivos de por vida:
- Ponerme fuerte
- Adelgazar
- Aprender a cocinar al menos 10 platos sanos de madre.

                                              Eres bueno y lo sabes. Pon tus objetivos y muéstralo al mundo.

30 dic 2014

Feliz 2015. Gracias 2014.

Los días pasan a una velocidad de vértigo y así es como, casi sin darnos cuenta, hemos hecho 3 años en Inglaterra, más tiempo ya del que pasé en Madrid.

Como cada año, me gusta parar mi mundo durante unas horas y analizar lo conseguido en el año que se va, es un ejercicio que me sirve tanto para valorar lo bueno como para aprender de lo malo, y es que, como ya dije en su día, la vorágine del día a día a veces no te permite disfrutar de los éxitos ni ver lo que se te avecina a la vuelta de la esquina, hay que saber levantar la vista a tiempo antes de decidir si es el momento de pisar el acelerador o el freno.

Parecía imposible mejorar lo conseguido en 2013 pero una vez más se han superado mis expectativas. 2014 lo definiría como el año en el que hemos encontramos la “estabilidad” en Inglaterra, una estabilidad que, paradojicamente, sé que será temporal. Sin problemas para manejarnos con el idioma en nuestro día a día y con fuertes conocimientos a nivel laboral que me permiten no sólo asumir con tranquilidad mis responsabilidades en el trabajo, sino seguir creciendo y sentirme valorado, se vive mucho mejor. Es increíble lo fácil que resulta escribir una frase así y lo difícil que ha sido llegar a este punto.

Fue a principios de año cuando decidimos dar el paso de irnos a vivir los dos sólos, decisión que pese a suponer un paso atrás a nivel económico, ha supuesto un paso adelante no sólo en cuanto a nuestra relación, sino también en cuanto a calidad de vida, tranquilidad y felicidad. Pasamos de vivir en una casa a tener un hogar, de pasar tiempo en nuestra habitación a estar tirados en el sofá, de tener una valda en la nevera a una cocina entera para nosotros... No era consciente de cómo una decisión así podría afectar tanto en nuestro día a día. Pese a ser el mismo, los ojos con los que veo Londres ahora son totalmente diferentes, y aunque he disfrutado de todas las etapas, el paso de los años nos pedía un poco de intimidad y de tranquilidad.

Construyendo nuestro hogar
Pero no sólo hemos disfrutado el uno del otro en nuestro nuevo hogar, también hemos aprovechado para descubrir mundo viajando a uno de los países que queríamos conocer desde hace mucho tiempo; Cuba, dónde celebré mi cumpleaños. Hemos pasado tiempo con la familia de sangre (nunca el suficiente), incluyendo sorpresas como la bajada express por el 60 cumpleaños de mi padre, y con la política, con vacaciones incluidas en Canarias para conocer a nuevos miembros. Muchos de vosotros nos habéis visitado, en la lista de 2014 están: mis padres, mi hermana, los padres de Bea. Beita, Juan, Chika y Jaime (Semana Santa). Mi prima Marta y María Luisa también hicieron visita fugaz. Yessi & Antonio (Octubre) y Pablo (Diciembre) – aunque quedáis muchos de vosotros todavía por venir ;)

Navidades en Familia
Hemos entrado en una nueva etapa, la de los 30, que pese a que dicen ser los nuevos 20, biologicamente siguen siendo 30. Las actividades deportivas te cansan, las resacas las sufres mucho más y la toma de decisiones importantes pasan a formar parte de tu día a día. El cuerpo te da señales; pensabas que eras poco flexible o que tenías poco pelo, pero te das cuenta de que hubieras firmado esa situación de por vida. Te duele ver videos de caidas que antes te provocaban la risa, te salen agujetas por ejercicios que antes ni suponían un esfuerzo y te planteas irte a la cama un viernes a la hora a la que antes te planteabas salir de fiesta. No voy a negarlo, los tiempos han cambiado, aunque no por ellos soy menos feliz, ahora valoro otras cosas...

                                         ¿Y tú, que es lo que valoras? ¿Qué te pedirías a los Reyes?

Pero los tiempos no sólo cambian para ti, sino para todos los que te rodean. A pesar de la distancia, compartimos con vosotros los cambios en vuestras vidas, grandes y pequeños; se han producido enlaces, embarazos y nacimientos pero también pérdidas, operaciones y adversidades. El no poder estar ahí para daros un abrazo, invitaros a una cerveza, sacaros una sonrisa o simplemente daros un pequeño empujón cuando hace falta, es algo que duele, algo que parece distanciarnos, aunque, en momentos como este en los que levantas la vista y das un paso atrás, te das cuenta de que, por mucho que pase el tiempo, por muchos kilómetros que nos separen, ambos sabemos que un wasapillo, un skype o un vuelo de ryanair, sirven para demostrar que estos lazos no entienden de distancias. No lo voy a negar, se echa de menos el poder arreglar el mundo cerveza en mano un Lunes cualquiera por la noche, o el dar un paseo y ver como el mismo colgao que antes hacia el polla en la playa ahora hace un castillo de arena con su niño...

                                               Los tiempos han cambiado, nosotros algo también...

A 2015 sólo le pediré una cosa, salud. Porque si tienes salud, tienes todo lo que necesitas para seguir luchando por tus sueños, ya depende de lo fuerte que sueñes y de lo mucho que te esfuerces, y eso amigo, es tu responsabilidad. Sé responsible, sé soñador. Quién sabe, igual luchando puedes ganar una Liga, o hacer casi historia con tu primera Champions League. Igual hasta puede volver tu ídolo al Atleti. ¿Lo mejor de todo? Que soñar es gratis, un plus en tiempos de crisis. Feliz 2015 amigos. Feliz 2015 familia.

Feliz 2015!

21 oct 2014

Sergio Follen


Seguramente todos habéis visto la peli “Los padres de ella”. Aunque con alguna que otra diferencia, así podría resumir mis vacaciones en Las Palmas con Bea y su familia.

Me habían dicho antes que me parecía a Adam Sandler (no lo veo claro!), pero en esta ocasion me he visto como Ben Stiller. Lógicamente yo ya conocía a los padres de Bea, pero nunca habíamos pasado tanto tiempo juntos.  Es difícil resumir las sensaciones, sobre todo cuando sabes que leen este blog, pero haré un pequeño intento.

                            Momentos de "Los padres de ella"

Conocí (después de tres años) a la familia de Bea: primos/as, tíos/as. Creo que puedo decir que congenié con ellos aunque no pude estar mucho tiempo con todos, como viene siendo habitual en todos nuestros viajes. Para mi, el objetivo de las vacaciones no sólo era conocer a la familia, sino pasar más tiempo con sus padres, su hermano, mi cuñada, etc. En una relación normal, uno tiene alguna bbq que otra los domingos, reuniones familiares por cumpleaños, peleas en Navidades… la ventaja o el inconveniente de estar a distancia, es que te pierdes todos esos pequeños momentos que creo que son necesarios en una relación, y es que el conocer a la familia en el bautizo de los niños no es algo muy agradable para nadie.


De Boda en Canarias
Había momentos claves en los que tenía que dar la talla: la boda de Fernando y Elena era un ejemplo. Mi indumentaria fue la adecuada, y el hecho de que la chaqueta no me cerrara (quiero pensar que es porque estoy hechando espalda en vez de barriga) pasó desapercibido (hasta que lo conté). Cumplí en la cena, cogiendo los cubiertos de fuera a dentro como me enseño mi amigo Leo en Titanic, me desabroché el pantalón durante la cena con el truco de la servilleta de tela por encima sin que nadie se coscara (hasta que lo conté), echamos algún que otro baile y no me emborraché a pesar de tener barra libre para así no olvidarme de la familia al día siguiente. Viento en popa y a toda vela (algo que Leo no puede decir, por cierto).

                                                            Algunos bailes como en la boda

El cumpleaños de Bea puede ser otra fecha a resaltar: amanecer sin resaca, comer en familia, abrir los regalos juntos, soplar las velas y disfrutar de un día tan especial es de familia feliz y de buen novio. Ahí estaba yo, pon.

La cumpleañera - 30 añazos

El lunes teníamos el famoso “Asadero”. Una bbq con los tíos de Bea con los que ya coincidimos en Londres allá por el mes de Junio. La comida estaba que te cagas, y aunque os sorprenda, yo no me cagué. Salchichas por aquí, cerdo negro y ternera por allá, papas con mojo picón que no picaba… disfruté más que Rocco en una de sus pelis. Cerramos el día con un gin tonic mientras veíamos las fotos del viaje de Londres y charlábamos de todo y de nada. Tampoco es que aportara gran cosas en las conversaciones, pero una vez más ahí estaba yo, pon.

Las vacaciones iban por buen camino. Si tuvieran que haberme evaluado, yo creo que del
Saltando los 10 metros de longitud
Notable no bajaba. Pero entonces llegó el Martes negro. Fuimos a la  famosa playa de Maspalomas donde Pedro (hermano) y yo hicimos un poco de body con la tabla. Pedro perdió la aleta del padre, y yo intenté ganar puntos encontrándola, pero claro…eso de encontrar cosas en el fondo marino solo se le da bien a Arquero. No gané puntos, pero tampoco los perdí (por si acaso, ahí estaba yo, pon). Estar en la playa sin una pelotilla que patear se hace duro así que empecé a inventarme juegos en la orilla, uno de ellos fue el clásico salto de longitud, ¿puede haber algo menos peligroso que eso? Los saltos de Bea eran rollo cisne - Elegantes pero al fin y al cabo algo patosos. Por allí pasaba el organizador de los JJOO, se acercó emocionado medio llorando de agradecimiento. Sin darse cuenta, Bea había creado una nueva modalidad. El organizador nos confirmó que en Brasil 2016, veremos salto de longitud y salto de cortitud. 80 centímetros saltó Bea. Más o menos. Pedro (padre) se acercó para grabar tan histórico momento con el Iphone, y yo, rollo John Travolta haciendo atletismo en Grease, me flipé. Subí de los 80 centímetros a 10 metros (por lo menos). Cogí velocidad, tanta que los ojos me lloraban. Miré a Bea y pude leerle los labios “Tu puedes, confío en ti…”, miré a Pedro y me pareció ver como negaba con la cabeza. Observé al cielo y vi a Roberto, el entrenador de Oliver & Benji, que, con voz rollo Dios, me dijo… “si lo consigues, te llevo a Brasil conmigo.” Alguien empezó a aplaudir de fondo… como a cámara lenta. Y entonces se produjo el milagro… me elevé… volé al mismo tiempo que las nubes del cielo se abrían, con un gesto técnico impecable, aterricé firmemente sobre la arena. Se hizo el silencio. Me lo había ganado. Qué suegro no estaría orgulloso de un yerno así. Ya veía las comparaciones con atletas de la talla de Usain Bolt o Michael Phelps. Ya veía a Pedro gritando en las gradas “ese es mi yerno!” Pero yo entonces noté que algo no estaba bien. Me había echo algo en el tobillo. Con gesto torcido pero fingiendo que no había mucho dolor, me dirigí a la toalla donde mareado, decidí tumbarme para superar esos sudores fríos. Mi sueño había terminado. De Sergio Bolt había pasado a Sergio Follen. Un polla que se podía cargar las vacaciones. Hielito por aquí, ibuprofeno por allá y a reposar. Todo un machote.

Consecuencias

He de reconocer que me cuidaron bien, no sé hasta que punto cambiaron los planes para
Si no se puede andar, se come
evitar caminatas, cosa que internamente tampoco llevaba bien, pero no podía hacer mucho al respecto más que asumir la situación. Me negué ante la posibilidad de ir al médico, bastante había dado la lata (y tampoco ha sido nada grave, para que nos vamos a engañar). Las excursiones a Agaete y la playa del Inglés fueron de lo mejor. Nos compramos unas colchonetillas para evitar juegos peligrosos y nos metimos en el mar, echo que potenció nuestro moreno. Pero no… el gafe no había acabado ahí. Pese a intentar seguir ganando puntos llegó el viernes, fuimos a cenar con los tíos a un sitio donde nos metimos una paella y una fideua entre pecho y espalda. Yo acabé algo más lleno de lo normal. Y claro, exploté. Nuevo episodio de dolor de barriga que me obligó a ir 5 veces al baño en un periodo de 30 minutos. Las primeras visitas al baño se pueden disimular con que “he bebido mucho” las siguientes… más bien no… Es un episodio en el que no me recrearé demasiado, pero os podéis imaginar que resultó algo incómodo. Estaba sentado en la taza del water y sólo me venían a la cabeza escenas de la película de “Los padres de ella”, hecho que no mejoraba la situación. Con las mismas, y sin ganas de seguir sufriendo, me cogí un taxi y para la casa… con suerte, mañana al amanecer me daré cuenta de que todo había se había quedado en una pesadilla… ojalá. Tras este nuevo desenlace creo que voy a dar el paso para hacerme pruebas de posibles intolerancias o lo que haga falta…
Colchonetas - Deporte de riesgo

                                    La "última cena"



















Los dos días que nos quedaban los pasamos de playeo y de charlas con los padres y los tíos. Fue curioso ver como retrocedían en el tiempo y nos contaban sus aventuras cuando eran jóvenes, qué diferente era todo por aquel entonces. Creo que, pese a esos momentazos que generé en el viaje, no se llevaron muy mala impresión de mi, pero claro, eso habrá que preguntarselo a ellos. 

Vistas de la playa de Agaete - Dedo de Dios
Playa de Maspalomas

La vuelta, como siempre, se hace dura. Dejar de nuevo a los seres queridos y al buen tiempo nunca es agradable, pero es verdad que nada más aterrizar ya afrontamos otra nueva etapa con ilusión y con muchas ganas. En dos días tenemos la visita de nuestra querida Yessi & Antonio y en dos meses las Navidades. El tiempo pasa demasiado rápido.

29 sept 2014

Echando raíces

Releo los post sobre las bajadas a España y se repite la misma historia... se produce un intento de ver a todos y aunque se medio consigue, nunca estoy todo el tiempo que me hubiera gustado. Juntar grupos de 20 está genial porque rememoras viejos tiempos, pero no te permite entrar mucho en detalle. Estamos además en una etapa de nuestras vidas en la que hay muchas noticias importantes: unos se prometen, otras se quedan embarazadas, otros se plantean irse al extranjero... no son cosas que se puedan resumir en dos minutos, lo cual me genera frustración, me da pena perderme esas cosas, distanciarme. El estar lejos no me permite ver la evolución de esos cambios como a mi me gustaría, pero el juntarnos durante tan poco tiempo tampoco me quita esa espina. He asumido que no hay mucho que pueda hacer al respecto. No es que sea un tío popular, pero el conocer tanta gente de grupos diferentes... complica las cosas... así que una vez más, toca volverse con ese sentimiento contrariado de bajar para ver a mi gente, e irme pensando que no fue suficiente... ¡A ver si os animáis y hacéis más visitas!

Visita sorpresa del Pricu!

Los que me conocéis, sabéis que este tipo de vacaciones las intento centrar en mi familia, y es que un par de semanas al año juntos saben a muy poco. No hace falta hacer demasiado para estar agusto y sentir como si el tiempo no hubiera pasado: celebraciones en familia, mañanas tranquilas en la piscina, partidas de ping-pong con mi padre, volver a casa para comer todos juntos, dejar el salón mojado por el bañador que gotea y las huellas de pie descalzo, despertarme de la siesta y dar un achuchón a tu madre en el sofá, cenas de pescaito en la playa y charlas interminables sobre todo, y sobre nada. Mis padres a veces se creen que me aburro, incluso me obligan a salir de casa, pero no saben lo que disfruto de esos pequeños momentos...

Muchas cosas que celebrar con la familia!
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Mención aparte merece mi hermana. El segundo fin de semana lo reservé para ella. Siempre que nos vemos, me prepara una serie de planes sorpresa que tengo que cumplir, sino me tacha de aburrido de mierda y me acusa de amargarle las vacaciones. El año pasado me obligó a hacer parascending, esta vez me ha llevado al Aquapark, hecho que me devolvió grandes memorias de la infancia ¿Lo mejor de todo? la atracción del "Puleva"; un tobogán de mierda en el que por alguna razón inexplicable yo cojo más velocidad que en el Kamikaze... Mi hermana siempre me recibe abajo para ser testigo del aterrizaje; mientras los demás han de empujarse con las manos para caer al agua, yo me se salgo del circuito y vuelo unos tres metros hasta caer de forma estratégica de nuevo en el tobogán, lo cual me coloca las vértebras en su sitio... de esa manera me ahorro la visita al fisio y amortizo el precio de la entrada (26€). Hasta debajo del agua se escuchaban las risas de Sandra y el murmullo de los allí presentes, una delicia. Es cierto que presumo de la relación que mantengo con mi hermana, tampoco os voy a engañar, es rara como ella sola, no hablamos mucho a lo largo del año, pero tampoco hace falta, supongo que nos queremos. El año que viene nos hemos prometido mutuamente hacer un curso de surf, ¡ya cuento los días que faltan!


Con la terremoto de mi hermana
Por muy bien que se viva en Málaga, cada vez que bajo me doy más cuenta de lo díficil que veo el poder volver a vivir ahí, no porque no quiera, si no porque es complicado. Nuestra amiga Maca (por cierto que niño más bonito tienes!) nos dijo una cosa que me dio que pensar... "igual os queda en Londres mucho más de lo que realmente pensáis que os queda". Creo que dio en la clave. La situación que tenemos en Londres se ha estabilizado mucho, nos permite crecer profesionalmente, sentirnos realizados y disfrutar del día a día. Nos faltan cosas, mejor dicho, personas, pero es que de volvernos a España doy por hecho que acabaríamos en Madrid, por lo que estaríamos casi en las mismas, sin vosotros, sin la gente que hace de una ciudad algo especial. Entre Madrid y Londres, me quedo con Londres. Uno, al irse al extranjero siempre piensa que es algo temporal... la de gente que conozco que vinieron para un mes... al final el tiempo pasa, y uno se hace a esto, echa raices, y hasta acaba enamorándose de una ciudad que al principio detestaba. Creo que he llegado al punto en el que me planteo seriamente hacer mi vida aquí, sin pensar en que en algún día volveré, no se sabe que es lo que pasará, ni aún cuando se planean las cosas, pero la sensación de temporalidad con la que vivía, no me dejaba tomar decisiones con claridad.

                                          Queramos o no, todos nos hacemos grandes...

En cuanto al trabajo, hay algunas novedades desde la última vez que nos vimos, ¡me han promocionado! Este se trata del segundo cambio desde que empecé hace más de año y medio en Periscopix, así que como os podéis imaginar, ando bastante contento. El ambiente sigue siendo genial: el otro día sin ir más lejos salimos de despedida de soltero. Hacía tiempo que no me la cogía tan grande... hasta el punto que se me bloqueó la tarjeta de débito al intentar introducir el PIN del móvil tres veces (mamá, nuestro pacto sigue en pie, cuando dejes de fumar, dejaré de beber!)

Dónde esta Wally?
Con los Power Rangers












En este estado de euforia, encaro una semana más corta de lo habitual,  y es que el viernos nos vamos para Las Palmas. Allí nos juntaremos con la familia de Bea (a la que todavía no conozco) para disfrutar de la última semana de vacaciones, con la que esperamos cerrar uno de los mejores veranos de mi vida.

12 jul 2014

Cuba: Unos 30 inolvidables

Nuevamente se me acumula el trabajo y me dejo cosas por contar como la visita de los padres de Bea o el fin de semana de teambuilding con Periscopix... como acabamos de llegar de vacaciones me centraré en Cuba en esta ocasión.

Nos ha costado cerca de dos años juntar el dinero para poder pegarnos unas vacaciones como éstas. Nos compramos una huchita que hemos ido llenando mes a mes. Tuvimos que abrirla a principios de año para poder pagar la fianza de la nueva casa pero el objetivo era claro; tener unas vacaciones que recordáramos el resto de nuestra vida. 

Cuba fue el destino. La playa (Varadero) era un ingrediente obligatorio y queríamos añadirle algo de historia para no sentirnos del todo mal por estar tirados 7 días en la arena; La Habana completaba el pack con la parte histórica. Así es como nos vimos en el avión de Virgin Atlantic. Sonará raro, pero tan pronto me subí, no quería salir de ahí. El sistema de entretenimiento que ofrecen los vuelos de larga duración como estos es impresionante. Cada uno con su pantallita, teníamos 200 películas para elegir, el resumen de los goles del mundial, series de TV, música... Hasta me eché un "hundir el barco" con Bea. También han puesto un sistema de chat para poder hablar con otros pasajeros, eso sería lo más cercano al Whatsapp que tendríamos en dos semanas. Me gustaría ver las conversaciones que se producen con ese sistema... ("follamos en el baño?" - "no" - "hmm vale, un hundir el barco?" "vale"). Tras 10 horas de vuelo pero sin tiempo ni para echarnos una siesta, aterrizamos y recibimos esa ostia de calor en la cara nada más bajarnos del avión, una tía hasta se desmayó y tuvo que ser asistida por los azafatas, mariconadas, pensé.

En el avión, camino de Cuba!
No me dio tiempo ni a subirme al autobús camino del hotel para encontrarme con el primer cubano que me sacó 5 pavos porque sí; la excusa "ayudarme con la maleta", la realidad es que la empujó 5 metros hasta el bus, en mi defensa - yo pensaba que era el chófer... Cinco minutos me había durado la ingenuidad en Cuba, me la metieron doblada, con premeditación y alevosía pero aprendí rápido, quizás no tan rápido como la ocasión requería, y es que acto seguido me pidió que le cambiara cinco monedas de a libra por un billete ya que ellos no pueden usar las monedas allí, me dijo que yo sí... me lo creí, pero me mintió... nada, no soló me la metió si no que además sin vaselina, gracias. No me mal interpretéis, tenía hasta mi presupuesto para dar propinas, pero a quien a mi me de la gana basándome en mis propios criterios, no a listillos de turno. Fail.

Vistas del Royal Nacional desde el hotel

Vistas de Cuba desde el hotel Capri
Llegamos al hotel (NH Capri), un hotel de 4 estrellas que acababan de reabrir tras 6 años de reformas.  Todo muy nuevo, con una piscina en la terraza que no tardamos en estrenar, gimnasio y unas vistas del mar y del hotel Royal Nacional de 5 estrellas (al parecer, donde van los políticos y la gente famosa). En nuestros dos días y medio en la capital, hicimos una excursión con guía por los sitios más frecuentados por Hemingway, incluida su casa. La bodeguita del medio (bar donde dicen poner los mejores mojitos de Cuba) o la Floridita (famosa por sus daiquiris) eran también sitios de obligada visita.

No sé muy bien como describir La Habana, quizás interesante sea la palabra. Es una ciudad tercermundista, los edificios están semiderruidos, los niños juegan al fútbol por la calle descalzos, la gente no se cansa de pedirte dinero por las calles, eso sí, como es una sociedad machista, se centran en pedirle a los hombres, da mucha pena pero entre nosotros, es un coñazo. Tienen también vistas preciosas desde el castillo y atardeceres de ensueño desde el paseo de Malecon. 

De paseo por La Habana

Disfrutando del Castillo a 40 grados
Regatear es un arte, de hecho según las guías turísticas se pueden sentir ofendidos si no lo haces. Yo me he considerado siempre un gran regateador, pero me fui de allí con algunas dudas sobre mis dotes. El primer taxista que cogimos para visitar el castillo nos la quería hacer (lo que él no sabía es que ya no era virgen); los del hotel nos advirtieron de que un CUC por km recorrido era la tarifa que nos deberían pedir para tener un precio justo. Teniendo en cuenta que había 5km al centro y 8 al castillo, las cuentas eran claras. No lo veía así el taxista, que nos pedía 11 CUCs por ir al centro. Tras minutos de negociación, le solté un órdago, cerré la puerta del taxi y haciendo el amago de irme (lento pero creíble), le dije a Bea "vámonos, seguro que hay otro taxi que por 8 CUCs nos lleve al castillo". Tan pronto el taxista escuchó eso nos dijo "vale vale amigo, yo les llevo". Mi estrategia había funcionado, mi ego se hinchó como un pavo, ambos sabíamos que aún así me estaba "estafando" teniendo en cuenta los sueldos mensuales del país, pero eso me daba igual. Ya ves si estaba contento con el precio que nos ofreció recogernos a una hora pactada para llevarnos de vuelta. Al final le dimos hasta su propina.... lo sé, somos buena gente. Ya en el castillo, el taxista nos recomendó comprar agua, el día era muy húmedo  y caluroso, nos podíamos deshidratar así que me acerqué al único sitio donde vendían agua fuera del castillo. Como referencia, en la tienda de al lado del hotel nos pedían 0.65 CUCs por ella, pero ahí me pedían 3 CUCs (libra y media). Con un español nativo, le dije que eso era excesivo y le di precios de referencia que argumentaban mi respuesta. Su respuesta fue rotunda "lo sé, pero esto es un sitio turístico". Ella desconocía mi estrategia de la muerte y ahí que le solté mi órdago (incluí el movimiento lento pero creíble), amago de irme y mi frase "lo siento, es muy caro, lo dejamos en 2?" su respuesta fue inesperada "no". Vale, me había comido mi órdago. Cualquiera compraba ahora la botella por 3 CUCs... Decidí marcharme sin adquirir la botella y es que uno tiene su orgullo. Bea me esperaba a 10 metros de la tienda, sedienta. Caminé hacia ella descojonado, intentando encontrar la manera elegante de justificar que había intentado regatear fallidamente 50 putos céntimos, pero no la encontré. Visitamos el castillo bajo unos 40 grados sin líquido alguno. Habría pagado 50 CUCs por esa misma botella de los cojones una hora más tarde, pero ya era tarde.

Cochazos cubanos

Paseando por la Habana
Tras el castillo, volvimos al centro, comimos en uno de sus múltiples paladares y recorrimos sus calles. El pequeño problema que tienen con EEUU les dejó excluidos del resto del mundo por lo que los coches de los años 50 son algo característico del país, de ahí que presuman de tener los mejores mecánicos del mundo. Los cubanos dicen ser gente alegre, pero no están contentos. Pensaba que me enseñarían a vivir la vida de otra manera, que me transmitirían valores que desconocía, pero deben estar demasiado quemados para eso; ganan 16€ al mes (independientemente de ser doctores o guías turísticos). No es de extrañar que tengan más de 30.000 médicos expatriados, o que todos los que han decidido estudiar en la universidad (gratuita en el país) se decanten por trabajar en el sector del turismo, donde sólo con las propinas consiguen más dinero que con su salario. Aunque sea por interés, traducido en potenciales propinas,  esperaba un trato más cercano o más alegría por parte de los guías turísticos. No me fui de La Habana con la alegría en el cuerpo que me transmitieron en Punta Cana por ejemplo, suena fatal pero tras sólo dos días allí, ya tenía ganas de llegar a Varadero y que me metieran en mi burbuja, el mundo del todo incluido es lo que mi cuerpo necesitaba en estas vacaciones.

Vistas desde la habitación de Varadero
El día del traslado a Varadero cayó una tromba de agua espectacular, hacía tiempo que no veía llover de esa manera. No pudimos ir por la mañana a la piscina a modo de calentamiento para ir cogiendo moreno poco a poco. El viaje en bus fue una odisea, en mitad del trayecto la guía vino a decir en un inglés terrible que el "bus is not well" y que nos daba dos opciones: quedarnos en un bar de carretera de mala muerte a esperar 1, 2 o 3 horas a otros bus (sin garantizar que fuera lo suficientemente grande como para rescatarnos a todos) o seguir en el bus roto a paso de tortuga con el riesgo de quedarnos tirados en mitad de la nada y morir asados por el sol. Hubo unanimidad, continuamos a Varadero. Me pareció ver a un anciano con bastón y todo adelantarnos por la "autovía" pero al final llegamos al tan ansiado destino, el hotel Blau Varadero.

Atardecer en Varadero
El Hotel era un mastodonte rollo piramidal de dos caras al lado de la playa, nada de cabañitas. Una de las caras daba a la carretera, la otra al océano. Tuvimos la suerte de que nos tocara con vistas a ese plato azul verdoso que tanto habíamos visto en la tele ¡empezamos bien! Nos pusieron la pulserita y listo, el resto es fácil de resumir: desayuno de gooooordo, crema, playa,  mojito, vuelta y vuelta, bañito, mojito, me quemo,  mojito, comida de gooooordo, crema, mojito, piscina, vuelta y vuelta, crema, rojo quemao, angustia de Bea por verme quemao, gritos de quemao, sombrilla, mojito, atardecer, after sun, cena de gooooordo, after sun, espectáculo, after sun, after sun, after sun, a la cama, besito de buenas noches, me quedo pegao en la cama de tanto after sun. Repetimos esa rutina 5 días. Entre cada uno de los pasos anteriores había una visita al baño, siguiendo la tradición de las visitas caribeñas. Los dos días restantes hicimos dos excursiones:

Excursión 1: Nado con delfines. El guía turístico que nos vendió la excursión, nos avisó de que las cámaras de fotos o vídeos, aunque fueran acuáticas, no estaban permitidas durante el baño con delfines aunque sí durante el espectáculo. El motivo; podía dañar a los delfines y los cubanos tenían su propio negocio haciendo vídeos y fotos. Además cobraban por el simple hecho de entrar con ella  y se podían producir hurtos. En dos segundos me quitó las ganas de llevarme la Go Pro. Ya una vez allí y después de disfrutar del espectáculo, lo primero que vi es a un francés con la Go Pro en el pecho grabando como nadaba con delfines... Me cagué en la puta madre del guía cubano el resto del viaje, en su puta hermana y hasta en su puta abuela, eso sí, en la abuela con respeto. De la mala leche que me entró me dio hasta una cagalera que tuve que ir al baño en un sprint que ni Robben vs Ramos.

Nadando con Delfines
 El baño era un zulo de 1x1, sin tapadera de taza de water y sin papel. Como tipo precavido tenía mis clinex. Con la cara pegada a la puerta y en cuclillas uno intenta hacer su trabajo, los 40 grados tampoco ayudan y el sudor frío no agradaba la experiencia. Salí de ahí empapao en sudor que ni los delfines y con unos cuadripes que ni Ronaldo. Por fin llegó el momento de nadar con los delfines, el temor de cagarme en ellos, literalmente, estaba presente pero al final mi cuerpo aguantó y disfruté como un enano de la experiencia. Sentir como te empujan de las plantas de los pies, agarrarte a la aleta del delfín para que te llevé por la poza es una sensación recomendable 100%. Volvimos al hotel mirando la foto que compramos y con una sonrisa de oreja a oreja, mientras yo me seguía cagando en la puta madre del guía turístico.

Isla de las Iguanas
Excursión 2: Visita a Cayo Largo. Esta excursión nos la recomendaron nuestros socios, Juanjo y Sara, les estaremos eternamente agradecidos porque fue una auténtica pasada. Se trata de una isla al sur de Cuba, en el mar Caribe, por lo que requería coger un avión y despertarse a las 4.30 de la mañana, ouch. Era 8 de Julio así que puedo decir que disfruté casi las 24 horas de mi cumple! El vuelo era en una avioneta que tenía capacidad para unas 32 personas, de risa. En mitad del vuelo vimos como todo se llenaba de humo, estuve a punto de saltar sin paracaídas por la parte trasera (mejor morir aplastado que quemado) pero Bea se dio cuenta a tiempo de que se trataba de aire acondicionado. El vuelo de sólo media hora se pasó volado, nunca mejor dicho. Nada más aterrizar, nos montaron en un catamarán y paramos en una pequeña isla llena de iguanas que parecían dinosaurios, aquí sí las grabé con la camarita. Buscaba la pelea entre ellas, como si fuera ese niñato del colegio que metía baza entre unos y otros, pues yo les empujaba con la cámara y  les tiraba arena y comida para que se pelearan por ella. Que bien sienta eso. Imagino que Fali se siente así cada día, ¿no? También nos encontramos con una pedazo de estrella de mar, nada ahí estaba puestecita como esperando para la foto. Son de esas estampas que se te quedan grabadas para siempre.

Con nuestra estrella de mar


Mar del Caribe
La siguiente parada fue para hacer snorkel en unos corales con unos bancos de peces de ensueño. Los había de todos los colores; amarillos, naranjas, negro y blancos, azules. Vaya, que parecían las semifinales del Mundial. Nos dieron unas aletas, las gafas y el tubo y ahí media hora de recreo admirando las maravillas marinas. Bea no se pudo poner las aletas porque el día anterior le pico un mosquito mortal que le dejó el pie como un melón. El pie cambió de color 5 veces en un día y se hinchaba como una patata caliente, sin saber cuando iba a explotar. Nos encontramos en el mar con el señor Patato, que pidió matrimonio al pie de Bea, pero claro, dijo que no porque yo estaba delante. Era hasta graciosa verla andar, pero en el fondo daba penilla. No os preocupéis, que se recuperó. 

Haciendo Snorkel con la señora Patata
La última parada de la excursión fue la isla Sirena. No había sirenas pero es la playa más bonita que he visto en mi vida. Mejor que la de Saona de Punta Cana. La arena era tan fina que ni el sol abrasador hacía que te quemarán los pies al pisarla. Con la presencia de las palmeras nos echamos una siesta bajo las sombrillas mientras soñaba como las iguanas se comían al señor patato y como Alemania le metía 7 a Brasil como regalo de cumpleaños. Al final resultó ser verdad al menos uno de los sueños.

Ya de vuelta al aeropuerto tuvimos tiempo de parar en un recinto donde cuidaban a las tortugas. Pudimos coger un par de ellas gigantes y descubrir el asco que me dan.

Playa Sirena
El Pie y la Patata
Ummm Tortugas...

En el aeropuerto de Cayo Largo, el más pequeño que he visto en mi vida, estaban echando el final del partido de Brasil vs Alemania. Uno de los detalles que me encantó fue la profesionalidad de los que hacían la facturación, que se salían cada vez que había un gol, dejando a todos los pasajeros esperando para dejar las maletas. Os podéis imaginar que allí estuvimos esperando un rato, dado el resultado. Tras un día intenso, llegamos al hotel, qué mejor manera de terminar el día que con una tarta sorpresa que habían dejado en la habitación, demasiado apetecible como para resistirse.

Felices 30
Ese es el resumen de unas vacaciones de ensueño, de esas que no se olvidan. La vuelta a la vida real ha sido dura, el vuelo de vuelta estuvo lleno de turbulencias, Bea perdió el pasaporte nada más aterrizar, seguimos sin hacernos al horario despertándonos a las 14.00 de la tarde y lo peor de todo, es que tenemos un nuevo compañero de piso, Stuart. Se trata de un ratón que se lo ha debido pasar también de puta madre en nuestra ausencia, ayer lo ví como se escondía detrás de la nevera y me pareció verle la pulserita de todo incluido. Bea ya ha montado un tinglado de trampas (gracias a unas magistrales clases de Petra) en las que espero no caer yo, veremos lo que dura. Ahora toca afrontar las 7 semanas que nos quedan para bajar a Málaga y poder veros a todos... ¡qué ganas!

Para cerrar el blog, y para los más vagos, os dejo el resumen del viaje en números:

0- Los kilos que adelgacé con mi dieta durante dos meses antes de salir de viaje.
1- El número de pulseras que necesitas para ser el Rey.
2- Fueron los delfines de los que me enamoré.
3- Los kilos que engordé en Cuba.
4- Las horas que tardé en quemarme.
5- Pavos que me robaron nada más llegar a La Habana.
6- Los kilos que pesaba el pie de Bea.
7- Los días de la semana en los que me acuerdo de la familia del guía.
8- De Julio, el día que cumplí los 30. El día que pasamos en Cayo Largo. Lo mejor.
9- Las veces que, de media, cagaba al día.
10- Los días que duró esta aventura.

No es que se aprenda mucho de unas vacaciones de todo incluido, aunque si que hay una cosa que aprendí en Cuba, y es que, que los negros estén petaos para mí ya no es un misterio. Fui tres días al gimnasio en Cuba y engordé 3 kilos. Un kilo de músculo al día. Los gimnasios de Cuba son la polla. Y quizás por eso también tienen esa manguera. 

26 may 2014

La familia y el Atleti

Otro post, otro mes que pasa. Siempre leo el blog antes de ponerme a escribir de nuevo; es increíble la cantidad de cosas que pueden pasar en tan poco tiempo y la cantidad de incógnitas que tenía en ese momento.

Tal y como os adelanté, mis padres nos hicieron su primera visita a Londres desde que nos mudamos a las islas, ¡qué lejos queda ya! Como si de una mañana de 6 de Enero se tratara, fuimos con toda la ilusión del mundo a recogerlos a la estación de autobuses, esos abrazos que se producen cada 6-8 meses no se pueden explicar con palabras, pero digamos que la felicidad no solo se puede sentir, también se ve, yo la vi y la sentí.

Pasamos unos días muy completos pero al mismo tiempo descansamos, fueron las vacaciones perfectas.
Vistas desde Greenwich
Pudimos recorrer los sitios que les he descrito durante horas por Skype, disfrutamos del sol, de paseos por el parque, de travesías por el Támesis en barco... Admiramos juntos las vistas desde miradores como el de Greenwich, se enamoraron del canal y del ambiente de Candem y se sorprendieron con lo cambiado que encontraron el centro de Londres, sin duda mucho más bonito y acogedor que lo que es ahora Madrid, decían. Les encantó nuestra casa, nuestro hogar y se dieron cuenta de que no mentimos cuando les decimos desde la distancia que estamos muy bien en la capital. Es curioso lo distinto que me parecieron todos estos sitios por el simple hecho de visitarlo con ellos, me resultaron incluso más bonitos. Tengo la suerte de poder haber viajado mucho con mis padres, he hecho muchas cosas con ellos, pero el llevar 7 años fuera de casa me está impidiendo poder seguir disfrutando de ellos como lo hacía de pequeño. De ahí que estos encuentros sean tan importantes y signifiquen tanto para nosotros.

Candem y sus canales
Tuvimos tiempo para hablar, (como si no habláramos todos los días!). Hablamos de todo, de política, de la vida, de España, de fútbol, de nosotros, de la familia, de nuestros planes. Siempre me hacen meditar, da gusto escucharles. Me inspiran.

Se comportaron como padres, pagando todo allá por dónde íbamos. Imagino que cuando sea padre los entenderé, pero parece que no se dan cuenta que ya tenemos casi 30 tacos y que a nosotros también nos hace ilusión poder invitarles a comer o a una pinta. Luego me di cuenta de que no eran generosos sólo con nosotros... Mi padre se sorprendió de la extrema amabilidad en el trato recibido por un camarero, no había motivo tampoco para la desconfianza pero mi madre, al ver que las vueltas que traía mi padre a la mesa no cuadraban ni por asomo con lo que ella tenía en mente, le explicó que esa amabilidad igual se debía a la propina que "accidentalmente" había dejado, totalmente desmesurada... nada papá, la próxima vez a aprenderse las moneditas antes de venir (y de paso me las explicas a mi, que todavía no me las sé).

Selfie!
Son padres, y no aceptaron quedarse con nuestro cuarto y que nosotros durmiéramos en el de invitados.

Habíamos dejado todo preparado, habíamos cambiado las cosas de sitio para dejarles la cama buena, habíamos vaciado el armario... pues nada, el viernes por la mañana aprovecharon nuestra ausencia mientras trabajábamos para cambiar todo de sitio de nuevo y así dormir ellos en el colchón del suelo... Si me consideráis cabezón, ya sabéis de dónde me viene (aunque mi abuela es más). Lo que no se esperaban es que, lo que les costó probablemente 2-3 horas de sus vacaciones, fue deshizo de nuevo por mi en 10 minutos cuando aprovecharon para ir a recoger a Bea... jajaja, tendríais que haber visto la cara de mi madre cuando subió las escaleras corriendo (a cámara lenta, no sé como lo hace) mientras gritaba "no habrás cambiado las cosas de cuarto hijo p...". Todavía me entra la risa cuando me acuerdo. Lo siento mamá.

Uno se tiene que quedar con todo eso, porque casi sin darnos cuenta llegó la hora de que se volvieran. Las lágrimas de alegría que vi en la llegada, se volvieron en lágrimas de tristeza, cosa que me deja siempre roto durante unos cuantos días.

Los que hicieron que el sueño fuera posible! Graciasss
Tan sólo un día después de su marcha, era la semifinal de la Champions contra el Chelsea.  Un evento histórico para el que Laury, vía el padre de una compañera de curro (Sandra), me consiguió entrada. No me lo podía creer. Mi primer partido en Inglaterra sería para ver al Chelsea de Torres, contra mi Atleti, para una final... El ambiente pre-partido fue espectacular. La policía de súper buen rollo, dejándonos beber en la calle, dejándonos el altavoz de la furgoneta. Los guiris cantando "Mourinho hijo de..." "Ole ole ole, cholo Simeone". Nos prepararon un metro directo al estadio para los aficionados. La gente del andén de enfrente nos hacía fotos como si nunca hubieran visto a nadie animar de esa manera. Los policías del Arsenal nos daban sus gorros y nos chocaban la mano. El ambiente fue impresionante. Así llegamos al estadio, preparados para hacer algo grande pero siendo conscientes de la dificultad y de las posibilidades de morir en la orilla. Lo que empezó con lo que podía haber sido la eliminación por un gol del que siempre ha sido mi ídolo, Torres, acabó con un 1-3 histórico en Stamford Bridge. Acabamos sin voz, bebiendo cerveza y llegando a casa a las 3.30 tras perderme con los buses teniendo que trabajar al día siguiente... no había dolor, acabábamos de pasar a la gran final y había sido testigo de ello.

Pase a la final. Los policías se comportaron :)
Y así es como llegó el momento en el que sabríamos como acabaría la historia. Una semana en la que nos jugaríamos la liga contra el Barsa en su estadio después de haber desperdiciado la oportunidad contra el Málaga y una Champions contra el Madrid, probablemente los dos equipos más fuertes del mundo, con un presupuesto cinco veces más alto que el nuestro, con jugadores en el banquillo que valen más que tu mejor jugador. Anda que no habría firmado eso a principios de temporada. Los del Madrid y la prensa merengue ahora discuten la calidad del Barsa, hablan de fin de ciclo, el mismo equipo que le metió 3-4 en el Bernabeú hace cosa de un mes. Así somos. 

No es precisamente la prensa deportiva la que me enseña cosas, pero el fútbol si que me ha recordado dos este año, una al ganar y otra al perder. Entiendo que a la gente que no le guste el fútbol no la pueda ver, y que los que no son colchoneros igual no la pueden entender pero aquí las extraigo para ellos.

No hace falta que describa como fueron ambos partidos, seguramente serías uno de esos más de 13 millones de espectadores en España que vio como el Atleti perdía a sus dos mejores jugadores en 20 minutos, como encajó un golazo antes del descanso y como siguió luchando hasta conseguir el título 18 años después. Ya lo decía Simeone, no es una Liga... es que si se cree y se trabaja, se puede. Algo que suena tan sencillo, que puede sonar a filosofía barata para algunos, pero que quizás con el fútbol se ha demostrado que es una verdad como un templo. 

Campeones de Liga 18 años después!
7 días más tarde, llegó la final de Champions contra el eterno rival, de nuevo sin dos de nuestros mejores jugadores.  La misma afición que hace un par de años sacaba una pancarta que decía "Se busca rival digno para derbi decente" estuvo durante 93 minutos lamentando lo que parecía ser una derrota. El gol de Ramos le dio la vuelta a todo lo que podía estar pasando en el mundo madridista, del fracaso al éxito, del posible cambio de entrenador al líder que dio la décima, de la vergüenza de sus aficionados al orgullo, de una estrategia memorable del Cholo a un planteamiento ultradefensivo. 

Nuestro mundo es diferente, nada ha cambiado por haber perdido en el último minuto, sentimos el mismo orgullo por haber dado todo lo que teníamos. Se ha demostrado que ganar no es lo único, que hay otras cosas, si lo has dado todo y has perdido, se puede reconocer el mérito del rival, se puede felicitar, y te puedes ir a casa con la cabeza bien alta. 

A todos nos gusta ganar pero el aplauso que recibió Simeone en la sala de prensa tras acabar la final demuestra que no lo es todo, hay que recordar que sólo puede ganar uno, y si la felicidad sólo depende de eso, entonces muy pocos podrán ser felices. Algunos pueden pensar que eso es de perdedor, pero esa filosofía me permite ser feliz a pesar de haber perdido la única final de Champions que puede que vea jugar al Atleti.

                                                          Gracias familia... Gracias Atleti.