23 mar 2013

You´ll never walk alone


Recuerdo lo fácil que era de pequeño hacer amigos. Bastaba con coincidir con otro niño en cualquier situación (por ejemplo en la sala de espera de un centro de salud) y preguntarle directamente ¿Quieres ser mi amigo? Lo normal era un “vale” y ya empezabas a jugar… En muchos de los casos llorabas cuando el niño se tenía que ir con su madre. Maravilloso.

Relacionándome
También recuerdo cuando celebraba los cumpleaños en casa junto a un incontable número de amigos con juegos, pruebas y concursos que provocaban el delirio y la locura de los presentes. Los nervios se desataban cuando en la parte final del circuito cronometrado teníamos que pedir el balón a mi padre con la frase mágica “Ernesto dame la pelota de baloncesto”  (¿?) y luego fallabas a canasta provocando que perdieras la prueba ante la risa de los mocosos mellados de tus amigos con la cara llena de chocolate. Cuando ya era un poco más mayor la cosa se desmadraba, el plan pasaba a un Happy Meal en el McDonalds o un cine “loco”. Lo peor de todo era cuando llegaba el momento en el que tus padres te decían “Sergio, sólo puedes llevar a 8 amigos” (haciendo coincidir con las plazas libres de los coches). El mundo parecía que se acababa. Tengo la suerte de cumplir años en Julio, por lo que los amigos del colegio no eran seleccionables, pero la tropa de mi urbanización no era pequeña. Tenía que invitar a las 4 niñas que me gustaban, a mis súper colegas, a los que te habían invitado a sus cumpleaños, a los que tenían a las madres que te regañaban si no invitabas a sus hijos, a los que pensabas que te dejarían de hablar durante 2 semanas y a los que te despellejarían la pelota de fútbol hasta que se le saliera la cámara de aire… demasiado estrés para uno niño de 8 años… A día de hoy, 20 años después, si tuviera a mis padres en Londres la respuesta sería más sencilla “tranquilos que podemos ir en moto”

                 Inmejorable reacción de la niña cuando se entera de su verdadero regalo

Hacer amigos no es nada fácil. No entraré en el debate de lo que entiende cada uno por la palabra “amistad”, hablaré en términos generales. El caso es que si tengo 28 años y quito los primeros 10 de mi vida en los que no me acuerdo de casi nada, me quedan 18. De esos 18 años, los últimos 6, es decir, un tercio de mi vida con memoria, los he pasado fuera de Málaga… pues aun así, sigo considerando que el 90% de mis amigos están allí y eso es raro. He conocido mucha gente en Dublín, en Madrid en Colchester y aquí pero son muchos los que se quedan en el punto de colegas con los que al final acabas perdiendo el contacto con el tiempo …el caso es que la cifra de amigos aunque haya crecido un poco se queda en un número bastante triste teniendo en cuenta que me considero una persona bastante sociable.

                              Una de las mejores campañas que he visto. Carlsberg : Friends´ Test

Cuando estás fuera inevitablemente el contacto con tus amigos se va enfriando. Skype, Facebook  y Whatsapp nos ponen las cosas más fáciles pero aun así no es lo mismo. Al principio culpaba a la distancia, luego me di cuenta de que es ley de vida, no hace falta más que ver la relación de mis propios amigos entre ellos mismos. La situación es clara. Una persona normal tarda una hora y media mínimo en ir y volver al trabajo, trabaja 9 horas (con la comida - sin sumar horas extras) y ha de dormir unas 7. Si es medio ordenada tendrá que dedicar al menos hora y media al día a la higiene + tareas del hogar en modo chapuza (ducha, cocinar, lavadoras…). Nos quedan 4-5 horas al día en las que tu cuerpo te pide descansar del duro día de trabajo,  hacer algo de deporte,  preparar la ropa del día siguiente, ver un poco la tele o hablar con tu familia y por último, si te queda tiempo y ganas, poner tu mejor sonrisa para salir al mundo exterior y conocer a gente con la que si llegas a congeniar  no vas a poder casi volver a ver porque está demostrado que no tienes tiempo…

Conociendo gente por Internet

Aun así, quieres conocer gente y tener amigos. Para conocer gente tienes varias opciones, o te apuntas a una página de contactos online en la que en tu primera cita y cómo te despistes al decir “hola qué tal” te encuentras con medio cipote en la boca, o bien puedes quedar con el compañero petao del gimnasio que siempre te sonríe mientras se mira en el espejo y que tiene más vena que brazo, si tienes suerte podrás sacarle del tema de “la creatina y las proteínas en verdad no son malas si haces descansos cada tres meses”.
Descartadas ambas opciones y habiendo comprobado también que el mundo de la noche ya no es tu rollo, si quieres tener gente nueva a la que poder agregar a Tuenti te queda relacionarte con la gente del trabajo. Si trabajas en una empresa pequeña estás jodido. Si eres funcionario y el carácter de tus compañeros es como la cara de asco que tienen cuando te atienden por la ventanilla estás jodido. Si lo que buscas es novia con eso de “donde tengas la olla no metas la polla” estás jodido. Si trabajas en una empresa muy grande igual tienes suerte de que se acuerden de tu nombre cuando lleves 5 años así que estás jodido. Creo que lo mejor es buscar una empresa mediana, lo cual tampoco te asegura que su gente sea agradable, pero puede ser un buen comienzo… y en esas estoy, conociendo a mis compañeros de trabajo e intentando congeniar con ellos.


Campo de cesped artificial
Gran Equipo!
La semana pasada participamos en el torneo de fútbol sala organizado por Google en Wembley. El ambiente era espectacular, con 16 agencias de Ad Words como la nuestra, compitiendo en campos de césped artificial con dimensiones algo más pequeñas que las de un campo de fútbol sala normal pero en las que podías jugar con las paredes y todo estaba cerrado con cuerdas para que la bola no saliera. Conseguimos pasar la fase de grupos ganando dos de los 3 partidos y caímos eliminados en cuartos de final con un gol en el último minuto que supuso el 2-1 en el marcador. Tras el torneo, Google se encargaba de pagar la barra libre así que me tuve que beber 3 pintas de cerveza y unos cacahuetes para quedarme allí haciendo “networking”. No me acuerdo del nombre de nadie de los que conocí pero a la mañana siguiente sí que me acordé de las cervezas… En definitiva, una nueva experiencia y acercamientos con los compañeros.

"Claudia" con Walter
Cervecitas en la oficina
Poco a poco me voy soltando y hablando más con ellos. Ayer tuvimos una fiesta sorpresa de disfraces que le hicimos a una que se casa en verano. Aprovechamos para grabar un “Harlem Shake” que publicaré en cuanto esté editado para participar en el concurso organizado por Yahoo - también entre las agencias de Londres. La fiesta estuvo de lujo ,con disfraces a cada cual más currado y más divertido. Me convencieron, bueno mejor dicho convencieron a “Claudia” (mi nombre de niña “ochentera”)  para darle un toque con un poquito de maquillaje.  Cerramos la noche en un pub cerca de St. Paul y provocamos su ruina haciendo un uso abusivo de la happy hour hasta el último segundo … “Sex on the beach” “Piña colada” todo valía. Provocamos la admiración y las fotos de todos los borrachos de la sala. Disfruté como un enano, la exaltación de la amistad y el ambiente provocó situaciones diferentes a las de un día normal en la oficina que hacen que vayas uniendo lazos con la gente. Sé que cuando me lea mi madre me regañará, pero el alcohol es importante para acercarte a la gente y desinhibirte a la hora de hablar y acercarte a tus compis, y más en inglés. Tenemos otras fiestas a la vista, sin duda la más importante es el fin de semana de Junio en el que toda la oficina, con sus parejas, nos vamos a una casa rural… ¡Qué ganas!

Con Becky
Batman y Robin

Seguiré con mi plan de acercamiento social pero si os soy sincero, no me sorprende tanto que sea “tan complicado” hacer amistades teniendo en cuenta cómo ha cambiado la forma de sociabilizarnos en los últimos años. Una sociedad que no sabe ni como se llaman sus vecinos, en la que cuesta escuchar un “gracias” cuando te abren la puerta del supermercado, ayudar a alguien que se encuentra en problemas o simplemente que no escucha lo que dice su propia madre en la comida porque está contestando los 200 wasaps del grupo “Hoy lo damos todo”... supongo que no es una sociedad que esté igual de educada ni predispuesta a relacionarse y más teniendo en cuenta que ya puede que consideren que ya tienen a su grupo de gente con quien hacerlo.

Me preocupa (y yo me incluyo) el número  de personas que caminan solas y cabizbajas con su Smartphone en la mano sin prestar atención al resto de la gente o a todo lo que le rodea. Sin darnos cuenta nos vamos alejando de la gente que tenemos cerca mientras buscamos acercarnos a lo que tenemos lejos. Soy de los que tienen claro que la familia siempre estará ahí pese a la distancia pero me preocupa que ese “You´ll never walk alone” sea ya mentira.


                         You´ll never walk alone. Tu familia estará siempre ahí. (Must watch)

9 mar 2013

Be water my friend

Con el agua al cuello llegué a finales de Febrero y con el agua al cuello empecé Marzo aunque por motivos bien diferentes; he empezado a ir a la piscina.


¿Sobrepeso?
La posibilidad de ir a la piscina fue el detonante a la hora de decantarme por este gimnasio. Si me conocéis un poco no os extrañará que no la haya estrenado hasta esta semana. Desde que me volví a apuntar al gimnasio, allá por el mes de Diciembre, no me había atrevido a dar el paso. Los dolores de espalda y la imposibilidad de hacer otro deporte me han obligado a ello… bueno, eso y la recepción de una carta…

El 24 de febrero (San Sergio curiosamente), recibí una carta con mi nombre escrito a mano. Me dispuse a abrirla con una sonrisa en la cara mientras me preguntaba quién sabía mi dirección.  Ingenuo de mí, se me cambió el gesto al empezar a leerla…“Estimado Sereio” (empezamos bien) “hemos intentado contactar contigo por teléfono pero nos ha sido imposible. Tras los resultados del chequeo médico al que fue sometido el pasado mes de Diciembre y, tal y como le comentamos en su día, nos gustaría invitarle a participar en el programa anual gratuito de pérdida de peso de Tower Hamlets…” junto a la carta venía un panfleto informativo del programa… sí… me estaban llamando obeso. No es que no me sobren unos kilos, pero siempre jode que te lo digan, o leerlo jaja. El caso es que en vez de apuntarme al programa (aunque no lo descarte) y tras nuevos intentos fallidos de hacer cardio en el gym por los dolores de espalda, me lancé a la piscina.

“Vaya mariconada” y “qué aburrimiento”  eran las únicas frases que se me ocurrían camino de la piscina. Menudo pringao. Entré en el vestuario y me encontré con tíos mucho más petaos que los que había en el gimnasio. Uno llevaba un gorro con la bandera de EEUU y tenía una espalda que bien se podría utilizar como escudo antimisiles… Me puse el bañador y me metí en el agua para empezar a nadar. La piscina tiene una longitud de 33 metros, pues a los 50 metros, es decir, al largo y medio, me dio un tirón en la pierna… no me lo podía creer… me dio un ataque de risa que me llevó a tragarme unos 20 litros de agua hasta que llegué al bordillo… entre eso y que el americano se metió en la piscina creo que la vaciamos. Menos mal que nadie se tiró porque habríamos provocado lo mismo que al del siguiente video.



                                          Consecuencias de saltar a una piscina helada...

Tras esa experiencia he aprendido a calentar antes de empezar a nadar como se hace en cualquier deporte. El problema, supongo, es que nunca he considerado la piscina un deporte. Para mí la piscina es el sitio donde se juega al Tiburón cuando eres pequeño, donde se le tira el tamagochi de malo de la pandilla, donde te peleas por el chorro de agua más fuerte o donde te cronometras para ver cuánto aguantas debajo del agua sin llegar a morir. La regla para salir la sabemos todos, cuando los dedos estén arrugados tirando a arrugadísimos.

Pues no, la piscina resulta ser el deporte más completo, el deporte que quema más calorías, el deporte que trabaja todos los músculos del cuerpo y más beneficioso para la espalda. No os voy a engañar, me parece aburrido, pero tampoco es que el gimnasio me parezca la alegría de la huerta…  Una de las ventajas es que te ahorras ver cómo los tíos se miran y se hacen fotos frente al espejo… además te da la oportunidad de reflexionar entre largo y largo. A medida que la voy conociendo mejor me he ido dando cuenta de que la piscina es como la vida misma; está llena de agua como el 71% de la superficie terrestre o como el 65% de nuestro cuerpo, tiene una serie de carriles que te marcan el camino pero que te puedes saltar fácilmente, tienes que luchar para no hundirte y en ambas si tocas fondo, estás jodido.

Mi futura espalda

Aún me queda bastante por aprender, es otro mundo. Hoy me he fijado en que a falta de unos diez metros hay como unas banderitas para que el nadador sepa que está a punto de llegar al bordillo (ya podía haberme dado cuenta antes que todavía me duele el cuello de estar mirando para atrás cada dos por tres y la cabeza de la ostia que me he dado hoy con el bordillo en uno de esos empanamientos de creer que estoy cruzando el Atlántico rumbo a América). Otra cosa interesante son las líneas rectas del fondo de la piscina, gracias a ellas he dejado de ir haciendo eses.  La falta de costumbre y mi estado de forma me llevan a tomarme mis descansos cada 2-4 largos. En ellos tengo que recuperar el aire y hasta echarme agua por los hombros del calor que hace. Me pregunto qué porcentaje de agua de la piscina será sudor de la gente… He llegado a tener momentos como el de Eric Moussambani y de verdad que no exagero… ¡nadar cansa!


                                                   Eric Moussambani: JJOO Sydney 2000

Tras el baño en la piscina es el momento de ir a los vestuarios y darse una ducha. No todos lo hacen, pero yo lo considero lo más lógico para quitarte el olor a cloro y demás. Como toda rutina, he puesto mis cosas en el banquito, he colgado mi chaquetón en la percha, me he quitado el bañador y me he metido en la ducha. Al salir y secarme, el tío que estaba al lado no paraba de mirarme… él también estaba desnudo… ¡estaba incumpliendo la norma no escrita entre tíos de no mirarse el cipote! Terminó de arreglarse antes que yo y seguía mirando, parecía que esperaba algo de mí, me miraba con deseo... empezó a darme miedo así que yo empecé a ralentizarme para ganar tiempo y que se fuera… por si acaso me enrollé en mi toalla para evitar mordeduras genitales y empecé a pensar en posibles ataques mortales de defensa; el látigo o el “be water my friend” estaban a punto de salir… entonces se acercó, y se agachó mientras abría la boca "¡será descarado, este tío quiere mambo lo tiene claro!" Mientras miro como se agacha para conectar el golpe mortal veo como recoge sus zapatos que estaban justo debajo de mí mientras pronuncia un "excuse me"entonces pronunció las palabras que evitarían su muerte “excuse me”...uffff….del "be water my friend" pasé a un “sorry my friend”... 


                                                                "Be water my friend."

1 mar 2013

Las comparaciones son odiosas, pero necesarias


Siempre nos han dicho que las comparaciones son odiosas.

Ya de pequeños empezamos a comparar a nuestros compañeros por su aspecto físico y les ponemos motes que nunca son muy originales “El dumbo” “el chino” “la topa” “el bola” “el gitano”. También comparamos a nuestras compañeras de clase, hacemos listas de cuatro columnas: “Culo” “Tetas” “Cara” “Forma de ser” y les damos notas del 1 al 10 (luego se suma y se hace la media, ah! y se hace un podium). Cómo todo en la vida, las tías también tienen su lista que por supuesto nunca sale a la luz. La nuestra sin embargo ya ha llegado a manos del director en la hora del recreo. Para el último cambio de clase ya tienes una pelea de niñas y una cola en tu mesa preguntándote qué le pasa a su culo o que por qué no te cae bien. Lo mejor es cuando la “buena gente” se enfadaba por llevarse el premio a “forma de ser” y te pide que le subas un punto a su cara… que ella es más guapa que Rebeca… Suena muy cruel pero es muy divertido.

Las comparaciones...
Cuando van pasando los años todos queremos ser más” algo” que los demás, no importa muy bien en qué destaques. “Mamá soy más rápido que José” “Papá me hago más pataditas que Pedro”… Luego empiezan las comparaciones de notas. “Ahh yo tengo 3 positivos más que tú” “Tengo todo Progresa Adecuadamente” las de objetos “Mamá Joaquín tiene frenos hidráulicos en su bici y yo no” “Papá Manuel tiene el balón Nike oficial y yo el de entrenamiento”. Con los años empieza la guerra de los tamaños, todos los tíos queremos ser más fuertes, más altos y tener más largo el palo. Las niñas son al revés, no quieren ser muy altas ni quieren tener muchas tetas, luego cuantas más mejor y si no quedan satisfechas se las compran como el que se compra un paquete de pipas y se ponen unos tacones como la Torre Eiffel. He visto tías que harían sentir pequeño al mismísimo Pau Gasol.

A medida que nos hacemos mayores vamos pensando en lo crueles que éramos de pequeños sin darnos cuenta de que seguimos comparándonos aunque cada vez con más crueldad, normalmente tirando al desprecio “Tu carrera es que es más fácil que la mía” “El trabajo de Marta es una mierda” “Pues el novio de Irene no se va al Caribe con sus amigos…” “Cómo te crees que Miriam ha ascendido, yo de eso paso”.

Yo no digo que las comparaciones no sean odiosas, pero creo que son no sólo inevitables sino muchas veces hasta necesarias. No importa lo competitivo que seas, la comparación forma parte de nuestra naturaleza. Los usuarios comparan los servicios que ofrecen las empresas para tomar sus decisiones, los responsables de recursos humanos comparan los CVs de los candidatos a la hora de contratar…

                        Heineken compara candidatos en una entrevista diferente. Muy grande.

Muchas veces las comparaciones nos ayudan a comprender situaciones que antes no podías entender, otras ni aun así:

Sergio vs Mourinho:
En el vestuario preparando el partido.
Hace dos semanas fui a Bath al Torneo Nacional de Fútbol Sala de Inglaterra como entrenador de la Universidad de Essex. Este año el formato es como el de copa, por eliminatoria, pero a un partido. El rival era el subcampeón del año pasado. La goleada, a priori, estaba cantada. Empezamos el partido y nos adelantamos en el marcador, ni nosotros nos lo creíamos. Me di cuenta rápido de lo complicado que es dirigir a un equipo. Intenté dar minutos a todos, ordenar al equipo y avisarlo de situaciones previsibles que desde el banquillo son más fáciles de leer. Me encontré con situaciones muy curiosas. Hubo chavales que se negaron a jugar en determinados momentos del partido por no sentirse con la confianza suficiente y otros que me exigían jugar más minutos o cambiar de estrategia. Mourinho los habría mandado al vestuario…yo los puse inmediatamente a jugar porque median 2x2 o para no tener que escucharlos en el banquillo quejándose jaja. Vaya mierda de míster. Cachondeos aparte, aprecié más la labor de los entrenadores. Al final nos remontaron y perdimos 3-1 por dos jugadas desafortunadas de falta y de pérdidas en defensa, pero nos infavaloraron. Nos compararon con el equipo del año pasado y se llevaron un susto (cuidado con las comparaciones)

Sergio vs Nacho Vidal: Ejemplo de por qué las comparaciones pueden ser odiosas y no aportarte nada bueno.

                                               Una bonita comparación. Semana 0 vs 40

En otras ocasiones, las comparaciones te ayudan a evolucionar y a crecer como persona y como profesional y éstas son las realmente importantes. La clave está en con quién te compares, eso será fundamental para tu futuro siempre que lo hagas con un afán de superación. Si te comparas con un compañero de trabajo que es la polla tú serás la polla, si lo haces con el vago de turno no aprenderás nada. Si te comparas con el fibroso igual te da por apuntarte al gym, si lo haces con el gordo de al lado igual te da por comerte una hamburguesa cuando llegues a casa. Si te comparas con la media igual te crees que por ello vas a destacar más o igual consigues el consuelo, ya dice el refrán "mal de muchos, consuelo de tontos". Depende de ti. Soy de los que piensan que no importa lo bueno que seas en algo, siempre habrá alguien mejor. Si te crees el mejor en algo es que no conoces a suficiente gente. Es cuestión de encontrarlo para seguir aprendiendo, para seguir creciendo.

En situaciones como en la que estamos viviendo es fácil venirse abajo viendo todo lo que hay. Es fácil culpar a los demás y decir que no puedes hacer nada. Igual la clave está en comparar y comprobar que hay soluciones. Todo depende de hacia donde quieras mirar; la solución fácil y el lamento o la solución que no apetece y el sacrificio. Quiero pensar que siempre hay soluciones, que siempre se puede conseguir lo que uno quiera, aunque haya gente que nos diga lo contrario. No te engañes a ti mismo. Compara, elige y decide.

                                Uno de mis fragmentos favoritos de "En busca de la Felicidad"